Las 5 heridas del alma. Parte 3: La humillación.

Como ya expliqué en la primera parte, también se las conoce como las heridas de la infancia, heridas del niño/a interior o heridas del pasado.

Son heridas en nuestra alma que se crearon en nuestra infancia. No tuvieron por qué ser intencionadas, simplemente, nos causaron un daño que quedó en nuestro interior y que,  inconscientemente, nos provocan emociones que influyen en nuestro día a día.


La herida de la humillación  se produce cuando el niño o niña recibe constantemente críticas de uno o ambos progenitores
, desaprobando su comportamiento o aspecto físico.
Es por ello que la herida de humillación produce inseguridad en el niño o niña que perdurará durante su vida adulta si no es sanada.

Humillación significa rebajarse, abatir el orgullo de alguien, rebajar a alguien, los sinónimos de humillación son: vergüenza, sumisión, mortificación, degradación.
Esta herida está causada por acciones propias de un niño o niña que los padres desaprueban y en vez de tomar medidas para ayudar al niño o niña en su educación y corregirlas, lo recriminan con expresiones como: "eres un cochino o cochina", "torpe", "pesado o pesada", "sucio o sucia", "guarro o guarra"... (tiene mucha relación con el autodescubrimiento corporal y la expresión sexual de los niños durante la infancia, sobre todo en las niñas).
También causa humillación el acto de contarlo por parte de los progenitores a familiares y amigos.
En definitiva, mensajes que avergonzaron al niño o niña provocando vergüenza y culpa.
El niño o niña crece disfrazado de masoquista, realizando acciones que producen la humillación por parte de los demás para manifestar la vergüenza y culpa que deberán ser sanadas (la herida de humillación).
Las personas que sufren esta herida se avergüenzan de su cuerpo y se privan de placeres como la libertad o el sexo.
Suelen ser descendientes de una madre controladora (manifestación también de la herida de humillación) a la que tratan de satisfacer constantemente, lo que a la vez se convierte en una pesada carga de la que no pueden liberarse.

Las personas con la herida de la humillación sienten que no se merecen nada bueno o bello. Se pasan la vida haciendo cosas buenas por los demás que no son capaces de hacer para sí mismos. Siempre anteponen las necesidades de los demás a las suyas propias. 

¿Cómo sanar la herida de humillación?


Para sanar esta herida, lo más importante es recordar todos los momentos en los que nos sentimos humillados en la infancia y conectar con las emociones negativas que nos produjeron (rabia, tristeza, ira, soledad, incomprensión...).

Hay que tratar de recordar todos los momentos en los que nos sentimos humillados o avergonzados por nuestros progenitores, otros familiares, educadores, compañeros... todas esas experiencias en el fondo es la misma, la humillación que debe ser sanada para superarla y evolucionar hacia un ser que se ama a sí mismo.

Cerramos los ojos y conectamos con esas emociones negativas y dañinas y dejamos que se manifiesten en nosotros ahora.
Las buscamos: lo que nos decía nuestra mamá si nos hacíamos pis en la cama, lo que nos decía nuestro papá si hablábamos mal, si nos costaba hacer algo, cuando nos ensuciábamos, si nos tocábamos nuestros genitales en la edad de autodescubrimiento de nuestros cuerpos....

Es normal sentir mucha angustia cuando se conecta con las emociones negativas que se manifiestan.

A continuación procederemos de igual manera que para sanar las demás heridas:
- Cerramos los ojos y tomamos tres respiraciones profundas.
- Pensamos en la herida, en todas las situaciones en las que hemos sido humillados/as o avergonzados/as los demás: en el seno familiar, en la escuela, por la calle, en un trabajo, una asociación...  y dejamos que nos lleguen las emociones que nos provoca.
- Siente las emociones, qué es lo que sientes: culpa, miedo, vergüenza, tristeza, rabia, ira.... deja que se manifiesten las emociones. Pon la mano sobre la parte de tu cuerpo donde sientas esas emociones.
- Dí (en voz alta o para tí misma o a tí mismo):
"Divinidad, pido perdón y me perdono, aquí y ahora, por la herida causada por el abandono. Así es y hecho está. Lo siento, perdóname, te amo, gracias" Repite las 4 frases sanadoras de Ho'oponopono todas las veces que necesites hasta sentirte mejor.
- Luego visualiza una caja para regalos, ábrela y deposita en ella las situaciones que han creado la herida  de abandono y todas la emociones que te provocan (yo las suelo visualizar como piedras muy pesadas y oscuras). Cuando hayas metido todas las emociones en la caja la cierras y te imaginas viajando con ella hacia arriba, hacia el cielo buscando a tu Ser Superior o Espíritu Santo (lo puedes visualizar como un ser de luz). Cuando estés con él le dices:
"Acompáñame a La Fuente para transmutar estas emociones en pura luz".
- Te visualizas viajando junto a tu Ser Superior o Espíritu Santo hasta La Fuente. (La Fuente es un lugar de luz y paz). Cuando hayáis llegado deposita la caja de regalos en La Fuente  y dí:
"Me perdono, me perdono porque no lo sé hacer mejor. Me perdono porque no recuerdo quién soy. Tengo una herida en mi alma que no me deja ver el ser de luz y amor que realmente soy. Me perdono porque me he olvidado de mí. Sé que es inconsciente, pero soy responsable de esta situación y la entrego en La Fuente para que expíe mi culpa, transmuta esta situación y sus emociones en pura Luz. Santifica esta herida desde la causa y origen para que esté al servicio de la Divinidad. Gracias, gracias, gracias."
Luego das las gracias a tu Ser Superior o Espíritu Santo. Y vuelves a tí.
Espero que os haya gustado y que os de tan buenos resultados como a mí.

Después de realizar esta técnica se siente mucha liberación y es habitual que empiece a mejorar la relación con la madre.
También quiero proponeros que la repitáis tantas veces como sea necesaria. 

Si después de hacerla una vez, se os viene a la mente un recuerdo de una situación humillante o avergonzante, repetidla, seguid sanando, hasta que el niño o niña interior sane esta herida por completo.

Recomiendo que acto seguido pienses en tus padres y los perdones por hacerte sentir avergonzado/a y culpable, ya que ellos no son culpables, solo lo hicieron lo mejor que sabían.
Cierra los ojos e imagina que tienes a tus padres delante.
Hazles una reverencia y les dices: Os honro, os honro....
Esta herida es responsabilidad mía, ustedes no son los responsables.
Lo siento, no lo supe hacer mejor, lo siento.
Los siento, os amo, gracias. (Repetir todas la veces que sean necesarias).


Te bendigo, te amo.

Agradezco que dejéis comentarios sobre la experiencia y me contéis qué tal os ha ido.
Gracias, gracias, gracias.

Para concertar una sesión online de EFT o Constelaciones Sistémicas o Familiares, escríbeme a través del formulario de contacto que se encuentra en la barra lateral izquierda. MUCHAS GRACIAS.



Comentarios

  1. Hola, os informo de que el Blog "Practica Ho'oponopono" ahora se llama "Gracias Ho'oponopono".
    Sigue conectando con la Divinidad en http://hooponoponogracias.blogspot.com

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