LAS 5 HERIDAS DEL ALMA. PARTE 2: EL ABANDONO

 

LAS 5 HERIDAS DEL ALMA. PARTE 2: EL ABANDONO


Hola queridas ALMAS en proceso de sanación.
Simplemente recordaros que estoy compartiendo de nuevo las heridas del alma, ya que es fundamental entenderlas para detectar muchas de las situaciones indeseadas que se repiten a lo largo de nuestras vidas.


Como ya expliqué en la primera parte, también se las conoce como las heridas de la infancia, heridas del niño/a interior o heridas del pasado.

Son heridas en nuestra alma que se crearon en nuestra infancia. No tuvieron por qué ser intencionadas, simplemente, nos causaron un daño que quedó en nuestro interior y que,  inconscientemente, nos provocan emociones que influyen en nuestro día a día.

La herida del abandono se produce cuando el niño o niña se siente abandonado, sea real o no, sea intencionado o no, no importa si los padres tenían intención de abandonarlo, es lo que el niño experimenta. Es la herida que más perdura.
Es por ello que la herida del alma se produce por causas tan diversas como que el papá o la mamá pasaba noches fuera por motivos de trabajo, incluso si alguno de sus progenitores estuvo enfermo ingresado en un hospital, si los padres viajaron dejando a los niños con familiares.... si fallecieron.
Otras veces es más fácil ver las causas porque el niño o niña fue dado en adopción, lo dejaron con familiares para ir a trabajar a otro lugar durante años...
También hay causas menos visibles como el nacimiento de un hermano, a causa del cual la niña o niño deja de recibir toda la atención, o incluso tener padres que no le dedican toda la atención que el niño o niña reclama.
En definitiva es el sentimiento de abandono que sufre el niño lo que marca la herida, no la intención de sus padres.
Cuando el niño crece lo hace desconfiando, abandonando proyectos, relaciones... a la vez que realiza actos para llamar la atención.

¿Cómo sanar la herida de abandono?


Para sanar esta herida, lo más importante es recordar todos los momentos en los que nos sentimos abandonados en la infancia y conectar con las emociones negativas que nos produjeron (rabia, tristeza, ira, soledad, incomprensión...).

Cerramos los ojos y conectamos con esas emociones negativas y dañinas y dejamos que se manifiesten en nosotros ahora.
Es normal sentir mucha angustia cuando se conecta con las emociones negativas que se manifiestan.

A continuación procederemos de igual manera que para sanar la herida del rechazo.
- Cerramos los ojos y tomamos tres respiraciones profundas.
- Pensamos en la herida, en todas las situaciones en las que hemos sido abandonados o hemos abandonado a los demás, un trabajo, una asociación...  y dejamos que nos lleguen las emociones que nos provoca.
- Siente las emociones, qué es lo que sientes: culpa, miedo, vergüenza, tristeza, rabia, ira.... deja que se manifiesten las emociones. Pon la mano sobre la parte de tu cuerpo donde sientas esas emociones.
- Dí (en voz alta o para tí misma o a tí mismo):
"Divinidad, pido perdón y me perdono, aquí y ahora, por la herida causada por el abandono. Así es y hecho está. Lo siento, perdóname, te amo, gracias" Repite las 4 frases sanadoras de Ho'oponopono todas las veces que necesites hasta sentirte mejor.
- Luego visualiza una caja para regalos, ábrela y deposita en ella las situaciones que han creado la herida  de abandono y todas la emociones que te provocan (yo las suelo visualizar como piedras muy pesadas y oscuras). Cuando hayas metido todas las emociones en la caja la cierras y te imaginas viajando con ella hacia arriba, hacia el cielo buscando a tu Ser Superior o Espíritu Santo (lo puedes visualizar como un ser de luz). Cuando estés con él le dices:
"Acompáñame a La Fuente para transmutar estas emociones en pura luz".
- Te visualizas viajando junto a tu Ser Superior o Espíritu Santo hasta La Fuente. (La Fuente es un lugar de luz y paz). Cuando hayáis llegado deposita la caja de regalos en La Fuente  y dí:
"Me perdono, me perdono porque no lo sé hacer mejor. Me perdono porque no recuerdo quién soy. Tengo una herida en mi alma que no me deja ver el ser de luz y amor que realmente soy. Me perdono porque me he olvidado de mí. Sé que es inconsciente, pero soy responsable de esta situación y la entrego en La Fuente para que expíe mi culpa, transmuta esta situación y sus emociones en pura Luz. Santifica esta herida desde la causa y origen para que esté al servicio de la Divinidad. Gracias, gracias, gracias."
Luego das las gracias a tu Ser Superior o Espíritu Santo. Y vuelves a tí.
Espero que os haya gustado y que os de tan buenos resultados como a mí.
Después de realizar esta técnica sentí mucha paz interior, algo dentro de mí se quedó en calma.

Recomiendo que acto seguido pienses en tus padres y los perdones por hacerte sentir abandonado o abandonada, ya que no son culpables, solo lo hicieron lo mejor que sabían.

Cierra los ojos e imagina que tienes a tus padres delante.
Hazles una reverencia y les dices: Os honro, os honro....
Esta herida es responsabilidad mía, ustedes no son los responsables.
Lo siento, no lo supe hacer mejor, lo siento.
Los siento, os amo, gracias. (Repetir todas la veces que sean necesarias).


Te bendigo, te amo.

Agradezco que dejéis comentarios sobre la experiencia y me contéis qué tal os ha ido.
Gracias, gracias, gracias.

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